¿20 AÑOS DESPUES ES POSIBLE QUE NO HAYA NADIE QUE ORGANICE UNA EXPOSICIÓN SOBRE EL?
El periodista Jesús Hoyos Arribas, de 41 años, que fuera jefe de redacción del periódico Alerta, de Santander, falleció en Agosto de 1995 al ser arrollado por un camión cerca de las instalaciones del periódico donde había comenzado a prestar servicios en 1984 como diseñador.
Bien podrían recordarle.
Poseedor de un indudable talento artístico, había destacado como pintor y expuso sus cuadros, individual y colectivamente, en varias salas.
Durante largo tiempo fue autor de una tira que, bajo el seudónimo de Bicoca, analizaba el acontecer político de la región y el talante de sus protagonistas.
En mi pequeña manía de guardar recortes de prensa y adjuntarlos a catálogos de artistas, recogidos cuando voy a sus exposiciones, he buscado uno firmado por Luis Alberto Perez Castaños, publicado en el Diario Montañes el 24 de octubre de 2010, donde escribía en el quinto aniversario de su muerte, una extenso artículo en su recuerdo, titulado “Buscando a Jesús Hoyos desesperadamente …”, en el que comentaba sus actividades y trayectoria por los mundillos de la música, el cine, el teatro, la radio; fue escenógrafo, creo el grupo Budi Art; realizó diseños con ordenador, ilustraciones para revistas, libros, periódicos, carteles; fue actor.
Su estilo es constantemente variado y va desde el pulidísimo dibujo hasta la pintura sucia, pasando por el realismo fotográfico y la caricatura, etcétera.». Toda una declaración de cuáles fueron sus múltiples dedicaciones artísticas, acrecentadas con el tiempo en actividades de periodismo, la música y la crítica de arte.
Pérez Castaños en “Buscando a Jesús Hoyos desesperadamente …” (Diario Montañes, 22.10.2010) mencionaba una de las más destacadas exposiciones de Jesús Hoyos, la de la Fundación Botin, 'Némesis La estrella gemela del Sol (1989)', en el que el propio Jesus Hoyos relata en el catálogo, su manera de entender la pintura:
«Quisiera que mi estilo fuera la falta de estilo.
Que pudiera contar con libertad absoluta para disponer de cualquier recurso encontrado por algún compañero de viaje en la historia del arte.
Sé que persisten mis tendencias, mis vicios, cuando una y otra vez reconozco en mis obras la mano tozuda de ese pintor que llevo dentro, que suele obsesionarse por imprimir un extraño sello personal, sello que al final no es otra cosa que la distancia enorme que me separa de lo perfecto.
Al menos de lo teóricamente perfecto...
Mis pinturas huyen del disfraz de las tres dimensiones intentando formular el enigma».
El catálogo es todo un lujo en el que se recogen ocho poemas por él escritos, dedicados a cada uno de los planetas, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno, Marte, Urano, Neptuno y Plutón que acompañaban a la exhibición de un conjunto de cuadros de grandes tamaños, cuya definición se retrataba bajo el subtítulo «Jesús Hoyos, Cosmic Tour».
El detalle más extraordinario de esta muestra, celebrada en la Fundación Botín, recaía en que cada una de las gigantescas pinturas tenía una música particular, compuesta ex profeso, que emanaba mediante un dispositivo especial incorporado al cuadro. Un pequeño reproductor y altavoz emitían las músicas respectivas, creando una atmósfera de indefinición cósmica y misterio pues, todas a la vez, se sincronizaban en una sola melodía. Algo extraordinario de ver y escuchar, probablemente una de las exposiciones más fantásticas que haya podido ver nunca.
Han transcurrido desde su fallecimiento a los 41 años, dos décadas, cuando causó una enorme sorpresa, con un fuerte efecto en el panorama cultural y artístico de Cantabria. Resulta sorprendentemente que tras su muerte y siendo reconocido como uno de los grandes dinamizadores culturales de Santander, ciudad que intentó con más pena que gloria, ser Capital Europea de la Cultura, poco o nada hizo por recordarle, pero gracias a la Obra Social de Caja Cantabria y su magnífica gestión, los aficionados al arte y sus amigos pudieron presenciar una retrospectiva y recordarle en sala CASYC.
¿20 años después, será posible que no se organice una exposición para recordarle? ¿Tan sobrada esta Cantabria de artistas de estas características, desaparecidos en plena agitación creativa?
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