El 14 de junio de 2012 se cumple el 50º aniversario de la fundación en Torrelavega de una asociación a la que se puso el nombre de ''Prometeo'', quizás por cuanto suponía de desafío y de intento de dar otra 'vida' a través de la cultura, a los habitantes de esta ciudad, de ahí que escogieran, posiblemente, este nombre, el del Titán de la mitología griega que desafiando al Dios supremo, Zeus, entregó a los hombres el fuego, símbolo de la vida, de la energía, de la inteligencia que mueve a 
los humanos.    
Pues bien, aquella fecha del 14 de junio de 1962, con  seis años de adelanto a la revolución del mayo frances, gracias a un grupo de jóvenes inquietos convirtieron 
una ciudad de provincias, de no mas de 30.000 habitantes, en referente de los 
movimientos culturales de la época.
Coincidiendo con la efemérides, se rendirá homenaje 
en la ciudad a aquel movimiento cultural con diversas charlas y un 
documental obra de Antonio Campuzano, en la que mediante entrevistas, 
fotografías o reseñas de prensa trata de reflejar cómo la juventud de 
Torrelavega descubrió que en la cultura había vida más allá del 
oficialismo.
Las primeras reuniones tuvieron lugar en un local, recientemente abierto en la plaza Baldomero Iglesias, o plaza del Grano, el club 'A Go Go', uno de los lugares míticos de la ciudad, abierto por los hermanos Calderon y regentado hasta su jubilación, por Francisco García Mancebo. Ahí, se puede decir, se produjo el inicio de la agitación juvenil de 
los años 60 del siglo pasado en Torrelavega, ya que el Go Go se 
convirtió en lugar de reunión de un colectivo inquieto de personas que 
el 14 de junio de 1962 constituyó la asociación cultural Prometeo.
A
 pesar de la inocencia con que surgió este colectivo, su creación 
levantó las primeras sospechas del régimen, hasta el punto de que la 
vigilancia oficial se dejaba sentir en todas las actividades que se 
organizaban, a las que siempre asistían dos policías que tomaban buena 
nota de cuanto se hacía y se decía.
El primer presidente de Prometeo fue Adolfo Pajares Compostizo, por aquel entonces 
concejal del Ayuntamiento de Torrelavega por unos de los tercios, el familiar, por los que se llegaba a las Corporaciones Municipales. 
Hay que recordar que en la década de los años sesenta y dentro del férreo control político y policial, se produjeron algunos 
cambios, aflojándose  la presión oficial para conseguir 
altas cifras de participación en aquellas pseudo elecciones democráticas, con lo que aumentó el abstencionismo y las 
consultas pasaron a celebrarse en días laborables. Además, quedó instituida por 
la Ley Orgánica del Estado la figura de los procuradores familiares, a cuya 
elección se incorporaban las mujeres casadas. 
En aquel entorno llegó a Prometeo Adolfo Pajares 
-más tarde Gobernador Civil de Palencia y posteriormente, presidente del 
Parlamento de Cantabria por Alianza Popular o el Partido Popular que tanto monta -.
Su breve mandato dio paso al de Herminio
 Tella que se prolongó hasta diciembre de 1966, quien cedió la dirección de Prometeo a Emilio de Mier, abogado, escritor y años después concejal comunista 
del Ayuntamiento de Torrelavega.
Las primeras actividades de Prometeo, tales como
 el teatro leído, los conciertos de música o las conferencias sobre el 
valor de la familia, poco a poco fueron dando lugar a una cultura menos 
"oficialista" y más popular y quizás ''izquierdista", si es que en aquel entonces encajaba esta denominación política, pero que efectivamente, produjo roces
 con los estamentos políticos del régimen franquista.
El cine club, con 
películas que enviaban algunas embajadas, y la "revista hablada" que es la que yo mas recuerdo y mas me llamó la atención, fueron 
dos actividades muy seguidas en aquellos momentos, hasta el punto de que
 llegaron a congregar más de 100 personas, en las reuniones que se celebraban en la Camara de Comercio de la Llama, cifra que levantaba muchas 
sospechas de la autoridad competente en aquella pequeña ciudad que empezaba a emerger como foco industrual y por tanto obrero. 
Los años 1967, 1968 y 1969 supusieron la más febril 
actividad de Prometeo, ya que las obras de teatro cada vez eran "más 
competidas", los artículos en la prensa más hirientes y los homenajes 
-como el que se organizó por 20 aniversario de la muerte de José Luis 
Hidalgo- más sospechosos de todo tipo de cosas.
La tensión saltó 
en 1968 con una artículo sobre el Mayo francés en la revistas hablada, 
que hizo exclamar al jefe de la Brigada Político Social: "Primero arde 
París, luego arde Torrelavega".
Pero fue en 1969 cuando Prometeo 
trascendió las fronteras de Torrelavega y de toda la, entonces, 
provincia. Su actividad y sus rifirrafes con la policía saltaron a la 
revista "La Codorniz", que dedicó a la asociación un artículo a raíz de 
la prohibición gubernativa de representar en las fiestas una obra de 
Buero Vallejo.
El final de estos años y el abandono del estado civil por el de casado,
 de muchos miembros, hizo que Prometeo decayese en su actividad hasta 
que en 1971 ya no se organizó ninguna actividad, aunque la asociación 
nunca celebró una asamblea para su liquidación.
Esta circunstancia
 que hizo que el banco se quedase con las cuotas pagadas por los socios 
de los últimos meses, en vez de entregarlas al Asilo de Torrelavega como
 estaba previsto en las estatutos. 
 Y así se llegó a los nuevos tiempos en los que el asociacionismo quedó autorizado, al igual que los Partidos Políticos, celebrándose toda suerte de reuniones, encuentros plataformas y hasta 'platajuntas', lo que perdió sentido el revitalizar Prometeo, germen que por otra parte había crecido y fructificado en nuevas y numerosas conciencias con otra cultura y mentalidad mas abierta y tolerante.