Son muchos los méritos que acumula este hombre para ser merecedor de tal galardón por su vocación decidida en pro de la difusión de nuestro patrimonio.
Y entre sus méritos está el que queremos destacar, el quehacer constante que Enrique desarrolla en el ámbito de la Asociación para la Conservación de los Órganos de Cantabria, cuya presidencia ostenta por decisión unánime de sus miembros desde su fundación. Desde un primer momento, su preocupación comenzó por recuperar y dotar de vida a los órganos de nuestras parroquias, los cuales, en su mayoría, se encontraban sin uso y relegados al más oscuro y polvoriento olvido.
Caja Cantabria, a través de su Obra Social, tuvo el acierto de apostar por este ambicioso proyecto y así nació el Plan de Restauración de los Órganos de Cantabria, no sólo con el objetivo de garantizar el buen estado de los instrumentos que se restauren, sino también de asegurar que los órganos fuesen tañidos por especialistas. Así se organizaron diversas jornadas, tanto nacionales como internacionales, conciertos cada verano, el ciclo de Música Coral y de Órgano...
Todo ello hace de este hombre un defensor a ultranza de la música, infatigable en su caminar de iglesia en iglesia, pendiente, en definitiva, de ultimar el más mínimo detalle para que todo salga perfecto, sin preocuparse nada más de que músicos y público estén cómodos y dispuestos a disfrutar.
Infatigable en su vocación musical, concertista con tablas, estudioso hasta el detalle, maestro incansable de numerosos alumnos a los que imparte clases las mañanas del sábado; qué duda cabe que Enrique está realizando una labor encomiable en la difusión de la música de órgano.
Antonio Margallo Toral y diez firamas mas. Publicado en el Diario Montañes. eldiariomontanes.es/prensa/20110122/opinion/
No hay comentarios:
Publicar un comentario