La tala de árboles en el bosque de Tremeo -y no me refiero a los eucaliptos de las fincas que se encuentran por encima- ha dejado un escenario dantesco de robles cortados, arbolillos arrancados, tierras removidas y toda la regeneración del bosque nativo que estaba en pleno desarrollo como la Llanura Panónica tras el paso de las huestes de Atila.
Una corta de eucalipto cuya licencia se había concedido en octubre de 2010 según las fuentes municipales ha extendido sus miras y campo de devastación hacia otros terrenos contiguos que, situados sobre el singularísimo Pozo Tremeo, sustentan un bosque protector que abraza las laderas más inestables que bordean al lago.
Hacía ya varios días que el Gobierno Local polanquino sabía del destrozo que se estaba haciendo en el monte. Y lo sabía tanto por denuncias de vecinos del lugar como por comentarios de funcionarios municipales que se habían percatado de ello sobre el terreno.
A partir de ahí más de dos decenas de llamadas telefónicas a la concejala de Medio Ambiente no tuvieron respuesta alguna, y el Alcalde no ha dado la cara (ha tomado unas vacaciones-sorpresa) ante los grupos de oposición que se han interesado por el tema. Eso sí: para mandar anuncios a la Prensa las vacaciones no le inhabilitan tanto.
La liturgia de confusión a la que están entregados quienes pudieron y debieron evitar este desastre ambiental es tal que la licencia de la que nadie sabía nada en las dependencias municipales el miércoles pasado resulta que estaba concedida hacía más de 10 meses.
¿Quién concedió la licencia? ¿Quién concedió la prórroga de la misma pasados los seis meses sin ejecutarse? ¿Existía autorización previa de Montes? ¿Quién supervisó los trabajos?.
En el colmo de la hipocresía se manda a un empleado municipal a “comprobar” lo que es de sobra conocido y se “abre una investigación” para averiguar quien es el responsable de los hechos, como si la licencia solicitada hubiera tenido un destinatario anónimo. Y para más desfachatez ni siquiera se ha personado el Ayuntamiento ante la Consejería que está tramitando el expediente de declaración de Espacio Protegido (ANEI) para poner en su conocimiento lo sucedido.
Entretanto, otras instancias como el SEPRONA ya están preparando sus informes y diligencias, y algunos, como el que estas líneas firma, rebuscan en su indignación cuanto esté de su mano para que los autores materiales paguen tan caro como es el destrozo y los responsable pasivos sean despojados de sus teatrales caretas de sinvergüenzas.
Jesús García Díaz
En el texto de la denuncia a la que ha tenido acceso Efe, el autor afirma que se ha destruido parte de la cubierta forestal emergente en una ladera del bosque debido al arrastre de troncos, además de causarse daños en unos suelos "de gran fragilidad" para facilitar acopios de madera procedente de la corta en niveles superiores.
También se ha producido el "arranque, corta parcial y talas por el pie" de árboles de gran porte de Quercus robur, Castanea sativa y Quercus ilex radicados fuera del ámbito de corta de los eucaliptos, además de movimientos de tierra "y destrucción de cubierta vegetal" para abrir nueva pista de extracción por el bosque.
La denuncia se acompaña con diversa documentación, que incluye más de una decena de fotografías y otro material gráfico, en el que se aprecian tanto los acopios de madera de eucalipto en el bosque del Pozo Tremeo como los daños ocasionados en la zona que está pendiente de declaración como espacio natural protegido.
El autor de la denuncia fue director entre 2000 y 2003 del proyecto de restauración natural del Pozo Tremeo y su entorno, financiado por la Fundación Marcelino Botín.
Este trabajo de recuperación mereció la mención de honor de los Premios de Medio Ambiente "Augusto G. Linares" 2003, convocados por la Universidad de Cantabria, lo que más tarde motivó el inicio del expediente para la declaración de la zona como Espacio Natural Protegido.
El alcalde de Polanco, Julio Cabrero (PP), anunció ayer que el Ayuntamiento iba a abrir una investigación para aclarar las causas y los autores de la tala.
Según sus noticias, la investigación tratará de esclarecer si se han invadido los límites del Pozo Tremeo por parte de los propietarios de una finca de eucaliptos colindante, talados en los últimos días gracias a un permiso obtenido en octubre de 2010.
La primera denuncia sobre la tala de árboles fue realizada ayer por vecinos de la zona, que constataron como parte del arbolado de las laderas ha desaparecido por el arrastre de troncos de eucaliptos, además de haberse construido una nueva pista para proceder a la extracción de la madera de eucalipto.
Esta nueva pista de extracción culmina en la boca del antiguo sendero que fue rehabilitado hace unos años, lo que unido al arrastre de troncos de eucalipto ladera abajo ha destruido varios plantones de roble autóctono que se estaban extendiendo por el bosque.
Según un reciente estudio, el Lago Tremeo constituye un espacio natural que alberga a más de 250 especies vegetales de gran singularidad y unas 150 especies de fauna, muchas de ellas únicas en Cantabria, singularidad ya detallada en 1845 por Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico de España.
El lago tiene una antigüedad estimada de entre 35.000 y 40.000 años, a pesar de que en la zona han existido otros lagos similares que eran utilizados por los vecinos del lugar para bañarse y debido a su alta salinidad permitían la flotación de forma similar a las aguas del Mar Muerto.
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