Aprovechando este magnífico verano que nos ha traído el otoño para Cantabria, he vuelto a disfrutar de la extraordinaria playa de Oyambre, de su ría y playa de la Rabia, con la tranquilidad de estar a tus anchas, sin la presión que suponen los visitantes foráneos y nativos, familias, pandillas y gentes que quieren también, disfrutar de la incomparable combinación de mar, ría y playas. Aunque la visita tenía una doble intención, la expresada y la de volver a recorrer el Real Campo de Golf de Oyambre (por su perímetro exterior, pues no soy socio) dada la actualidad que ha recobrado, tras la sentencia de la Audiencia de Cantabria que viene a decir y confirmar que: ... Silver Agle (propietaria del campo tras comprárselo a Rotella-Torío) conocía que las dunas de la playa sobre las que se alza el campo de golf de Oyambre estaban pendientes de un expediente de deslinde, en base al que posteriormente se dictó una sentencia que obligaba a devolver la zona a su estado anterior... Es una lastima que no disponga en este momento de imágenes de cual era la situación y estado de esa gran duna que separa la Playa de Oyambre de la otra mas pequeña Playa y Ría de la Rabia, pero lo recuerdo perfectamente pues fuimos usuarios durante muchos años con los niños (hoy ya adultos) y utilizamos y cruzamos la duna para acceder a la otra playa y disfrutar del mar abierto y sus olas. Todo esto hasta que, de una forma que para mí resulta incomprensible, se cerrara su acceso con alambre de púas, se eliminara la vegetación y arbolado que tenía y se construyera el mencionado campo de golf, que costó altercados y encadenamientos de grupos ecologistas con la Guardia Civil, además de la indignación de la ciudadanía que veía como se les usurpaba una vez mas, un espacio de uso y disfrute público y para todos, de lo que fui testigo por tener que cubrir la información para el medio de comunicación para el que trabajaba.
Hoy sigo pensando mientras lo recorro, que este espacio rodeado de alambre de espino, del que disfrutan unos pocos (los que pagan por ello) es una afrenta, un insulto que debe desaparecer y volver a su estado natural, anterior a este desmán.
El trasfondo de esta nueva situación viene dado por el litigio que enfrenta a los propietarios actuales, Montalvo, y los anteriores dueños que se lo vendieron y que según el actual propietario dice que fue engañado...
Silver Eagle había acusado de un delito de estafa a quienes les vendieron los terrenos, los constructores Manuel Rotella y Manuel Torio, a quienes acusaban de haberles estafado por no informarles de la situación de esta superficie por la que abonaron 600.000 euros.
El Juzgado de lo Penal número 2 de Santander ya rechazó estas pretensiones, en una sentencia contra la que presentaron recurso, alegando, entre otras cuestiones, que el resultado del deslinde de suelo marítimo-terrestre se conocía después de completar la operación.
La Sección Primera de la Audencia confirma esto último, pero precisa que, de hecho, pese a que el resultado del deslinde se conociera después de que se firmara la escritura de compraventa, la Audiencia hace hincapié en que los compradores conocían que las fincas estaban pendientes de ese expediente, que además tuvo publicidad en boletines oficiales y medios de comunicación.
El fallo se remite a los testimonios de Montalvo, de Silver Eagle, en el juicio, que reconoció que la sociedad conocía este problema y se remite a la tesis del Ministerio Fiscal de que fue la propia situación de la finca la que hizo que el precio pactado, "notablemente inferior" al de mercado precisamente por el "riesgo" asumido, resultara "muy ventajoso" para los compradores.
Sentencias del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo y del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) condenaron al Ayuntamiento de Valdáliga a reponer las dunas a su estado anterior. Los trabajos se hicieron, pero ciñéndose a un hoyo, el más próximo a la playa, en una interpretación que Ecologistas en Acción, promotores de los procesos judiciales, ha recurrido judicialmente, al entender que se trata de un "simulacro".El representante de la asociación en la zona, Emilio Carrera, ha explicado, en declaraciones a Europa Press, que además de los hoyos (doce en total), se realizaron otras actuaciones, como cierres perimetrales del espacio. Lo que ellos han pedido es que "desaparezca todo el golf", así como la Variante de Comillas, una carretera que opinan que pretende "consolidar" el campo de golf. (En la imagen de la derecha, el último hoyo, nº 12, casi en el final de la duna)
En la foto de la izquierda, final de la duna, justo donde termina la alambrada. Es lo que queda del primitivo aspecto que tenia toda esta gran duna, hoy ocupada por el Real Campo de Golf de Oyambre.
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