Londres.- Las autoridades marroquíes deben abrir una investigación independiente sobre los hechos que desembocaron en la muerte de varias personas y causaron heridas a otras en Gadaym Izik, campamento de protesta situado cerca de El Aaiún (Sáhara Occidental), ha declarado hoy Amnistía Internacional.
El gobierno afirma que en el curso de la operación del lunes y después de ella, perdieron la vida nueve personas, ocho de las cuales pertenecían a las fuerzas de seguridad. Los activistas locales de derechos humanos han declarado a Amnistía Internacional que se vio a 11 residentes del campamento heridos en el suelo, algunos con hemorragias y otros con quemaduras.
Según los informes, las fuerzas de seguridad marroquíes también sacaron por la fuerza del campamento a miles de saharauis.
“No hay duda de que este ha sido un incidente muy grave que amenaza con exacerbar más la tensión en el Sáhara Occidental”, ha manifestado Malcolm Smart, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Las autoridades marroquíes deben iniciar una investigación inmediata e independiente para llegar al fondo de lo sucedido, así como considerar la posibilidad de pedir la ayuda de la ONU.”
“Tenemos que saber qué desencadenó la acción de las fuerzas de seguridad y si la fuerza que emplearon fue razonable y proporcionada o excesiva. Si se empleó una fuerza excesiva, los responsables deben responder de sus actos.”
Según los testimonios que ha recibido Amnistía Internacional, los primeros residentes supieron que las fuerzas de seguridad iban a actuar de forma inminente hacia las 6 de la mañana del lunes, cuando un helicóptero sobrevoló el campamento y ordenó a los residentes que se marcharan.
Al parecer, unos minutos después, las fuerzas de seguridad irrumpieron en el campamento, golpeando a los residentes y usando gases lacrimógenos y cañones de agua caliente para obligarles a salir de las tiendas, que quemaron o derribaron.
Según las autoridades marroquíes, la operación era necesaria para liberar a residentes del campamento que estaban retenidos ahí contra su voluntad. Las autoridades también afirman que las fuerzas de seguridad se encontraron con una seria resistencia. La agencia oficial de noticias marroquí ha informado de que el martes murieron cinco policías o miembros de otras fuerzas de seguridad debido a las lesiones sufridas, y de que un varón saharaui murió accidentalmente atropellado por un automóvil policial que aceleró la marcha en El Aaiún. Según las autoridades, se está investigando esta muerte. Todavía hay poca información directa de los residentes que fueron expulsados del campamento, cuyo emplazamiento está acordonado por las fuerzas de seguridad marroquíes. Los informes indican que en la ciudad de El Aaiún, situada unos kilómetros al oeste del campamento, los manifestantes atacaron y provocaron daños en edificios públicos, bancos, comercios y otras propiedades después de la operación de las fuerzas de seguridad. El campamento de Gadaym Izik, un asentamiento informal de tiendas de campaña y viviendas improvisadas que alberga a miles de personas, fue establecido el mes pasado por un grupo de saharauis encolerizados por lo que califican de marginación por parte de las autoridades marroquíes para apoyar su demanda de empleos y viviendas adecuadas. Los saharauis afirman que, a pesar de que son oriundos del Sáhara Occidental, no reciben una parte justa de los beneficios derivados de los recursos naturales de la región ni de las tierras, y que las autoridades locales hacen caso omiso de sus demandas de mejores condiciones socioeconómicas. Los actos violentos del lunes coincidieron con el inicio de una nueva ronda de conversaciones informales sobre el futuro del Sáhara Occidental entre las autoridades marroquíes y el Frente Polisario, grupo que reclama la independencia del Sáhara Occidental y tiene un gobierno autoproclamado en el exilio (de la República Árabe Saharaui Democrática). Las conversaciones fueron convocadas en Nueva York a instancias del enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, Christopher Ross.
No hay comentarios:
Publicar un comentario