miércoles, 29 de octubre de 2008

El cardiologo torrelaveguense Jesus Herreros, nombrado Doctor Honoris Causa en Toulouse.

Nombrado en 2002 "Torrelaveguense Ilustre" por el Grupo de Opinion Quercus, Jesus Herreros, Cardiologo y Jefe de Cirugía Cardiovascular de la Clínica Universitaria de Navarra, ha realizado mas de 150 trasplantes de corazón, siendo pionero en España en el uso del colgajo muscular dorsal para reforzar la pared cardiaca, el uso de células madre de tejido muscular como injerto en el miocardio dañado y el empleo de las mas actual tecnología para el uso del corazón artificial. Es autor de mas de 30 libros, medio millar de publicaciones científicas y otras tantas comunicaciones en congresos internacionales, habiendo recibido, recientemente, el reconocimiento internacional por su brillante trayectoria médico-científica.
El miembro de Quercus, Doctor Enrique Peraita, en el acto de la nominación de Jesus Herreros , realizo la siguiente presentación, del hoy Doctor Honoris Causa por la Universidad de Touluse: Señoras y señores. Soy médico, pertenezco al grupo Quercus y se me ha encargado la presentación del personaje elegido este año para reconocer como Torrelaveguense Ilustre. Entre los médicos es inevitable envidiar el éxito profesional de un colega, pero si es tan apabullante su currículum, como en este caso, lo inevitable es admirarlo. Cualquier médico toma una decisión temprana: "Me dedico a lo asistencial, a la docencia, a la investigación o hago un poco de todo". Bueno pues Jesús ha hecho "todo de todo". Hace sólo 25 años un poco largos que es licenciado en Medicina por la Universidad de Navarra. Cuatro años más tarde, y con la misma brillantez académica que hizo la carrera, se doctora en la Universidad de Navarra y obtiene el titulo de especialista en el servicio de cirugía cardiovascular de su Clínica Universitaria. Corre el año 1980 y su afán de formación le lleva a Canadá. Es fácil imaginar como este torrelaveguense dejaría el pabellón allí, joven de 28 años, hablando perfectamente el francés y, casi, el inglés; jefe de residentes en el Hospital Uníversitario de Sherbrodke y ayudante de clases prácticas en su Universidad. En el Instituto de Cardiología de Montreal remata tan completo periodo de formación. Viene a Pamplona y toma posesión de adjunto en el servicio de cirugía cardiovascular de la Clínica Universitaria, obviamente compatibiliza el puesto con ser profesor auxiliar en la Universidad. Su febril trabajo culmina a modo de ejemplo, con la realización del segundo trasplante de corazón de España, a sus 31 años recién cumplidos y en compañía de su buen mentor Ramón Arcas. Dos años más tarde realizaran el primer trasplante de corazón y pulmón de España. Toma posesión del cargo de consultor clínico del servicio de cirugía cardiovascular de la Clínica Universitaria y poco después lo compatibiliza con el de profesor titular de cirugía en la Universidad del País Vasco, siguiendo esta trayectoria tridimensional característica (asistencial, docente e investigadora). En 1995, con 42 años, es jefe del servicio de cirugía cardiovascular del Clínico de Valladolid, al mismo tiempo que ejerce de profesor titular de cirugía en su Universidad. El currículum asistencial es tremendo hasta aquí: más de 100 trasplantes de corazón, la mitad de ellos como cirujano responsable, y 25 intervenciones de cirugía mayor en su especialidad. Casi lo duplicará en los siguientes siete años, junto con innovaciones punteras en España, como el uso de colgajo muscular del dorsal ancho para reforzar la pared cardíaca o el empleo de la más actual tecnología para usar el corazón artificial en parientes a la espera del trasplante (THORATEC) o como solución definitiva incluso (NOVACOR). Vuelve a su querida Clínica Universitaria de Navarra como director jefe del departamento de cardiología y cirugía cardiovascular en el 2000, para ser noticia otra vez con el pionero uso de células madre de tejido muscular como injerto en el miocardio dañado. En esas está, imagino yo, tratando de dar solución ética y técnica a la que se adivina como el homoinjerto ideal del inmediato futuro. Yo creo que estas pinceladas sobre la vida profesional del doctor Herreros justifican este homenaje, y que me perdone la necesaria simplificación: 25 años de profesión, cinco de ellos de sólida formación aquí y en el extranjero; 13 años en Pamplona y cinco en Valladolid de trabajo asistencial, investigador y docente de primer orden; antes de los 50 años tocar techo profesional en la Clínica Universitaria de Navarra como jefe de uno de sus departamento; casi treinta libros, más de 400 publicaciones científicas; más de 500 comunicaciones en congresos; cantidad de médicos y especialistas de su área que deben su formación a este profesor,... Y, finalmente, los pacientes que han visto prolongada su vida o su confort gracias a sus manos. Te hacemos este homenaje porque, como nuestro árbol totémico, tu figura sirve para pasmo de quien te observa. Enrique Peraita Doctor en Medicina y especialista en cirugía plástico reparadora

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