Él se exilió en México. Allí se hizo publicista y siguió coleccionando libros, muchos de ellos ediciones fabulosas de la novela de Cervantes. Amigo de María Félix y de Agustín Lara, les acompañó al Festival Cervantino de Guanajuato, y a esta ciudad le legó lo que es hoy el Museo Iconográfico cervantino más importante del mundo. Fue su manera de agradecer a México la acogida que este país le dio al exilio. En su casa le quedan 20.000 libros, 39 de los cuales son los que él mismo ha escribió.
Fue un hombre desprendido. Aparte de esa donación, también le dio a Guanajuato su biblioteca cervantina, y dejó en Torrelavega su amplísima biblioteca de temas regionales, ciudad que visitaba cada año que venia a su tierra y ciudad que le agradeció en vida su desprendiemiento, dando nombre a una moderna avenida, el Paseo Eulalio Ferrer, en el Bº Covadonga. Tuve la suerte de conocerle y conversar con el an mas de una ocasión. La última hace unos tres años, realizandole una entrevista para RNE, difundida por Radio Exterior de España, realizada en el despacho de la Alcaldía de Torrelavega. Hablo de su pasión, Cervantes. Comento la situación política de España y hablo de la situación de su segundo país, Mexico. Recuerdo que vaticinó la derrota, en las elecciones, del todopoderoso y perenne, hasta ese momento, P.R.I.
Pero recuerdo su cordialidad, afabilidad y cercania. Sí, recuerdo a una gran persona a la que tuve la suerte de conocer.
Salvador Ordóñez, Rector de
Escritor, publicista, empresario, cervantino y, ante todo, cántabro, Eulalio fue siempre un hidalgo de las Letras, un empeño en el que no cesó nunca. Prueba de ello es que nuestra Universidad acogió el 9 de julio de 2008 la presentación de su primera novela, 'Háblame en español', el broche de oro a la larga y prolija trayectoria como periodista, publicista y, finalmente, literato, a lo largo de la cual firmó más de 40 obras, en su mayoría ensayos.
Releyendo mis notas de la presentación de la novela 'Háblame en español', seleccioné en aquel momento algunas frases que reflejasen el espíritu que bullía en su autor, entre las que encontré dos que resumen su vida: «Huye del pasado y perderás un ojo. Olvídate del pasado y perderás los dos», a la que se puede unir esta otra del mismo libro, y que le hace justicia ideológica: «La libertad es una conquista incompleta, mientras haya pobres y no llegue a ellos la justicia social”.
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