martes, 22 de julio de 2008

Como se crea un grupo de Rock y sus vicisitudes posteriores (I)

La creación, en Torrelavega, de un grupo musical y sus vicisitudes posteriores, es mas o menos lo que me pidió un amigo para su publicación en una revista de esta ciudad, hace unos tres meses y como la revista ya no la veo en los kioscos (y eso que tenia un buen formato y cuidada edición, una aventura editorial mas que no cuaja), pues voy aprovechar el material para publicarlo en este blog. Por mi profesión y afición al rock, he tenido bastante relacion con los grupos musicales de torrelavega y resto de Cantabria. Fueron muchos años años haciendo programas musicales y por ellos han pasado todos o casi todos. Aunque la historia es la misma en los años 70s y décadas posteriores que ahora, creo que lo mejor es que lo cuente alguien que este metido en ello, ahora mismo, con su lenguaje directo y sin rodeos y sin estar pendiente de lo “políticamente correcto”. Así que, teniendo como tengo en casa, gente que esta directamente involucrada con este mundo, pues le pedí en aquel momento, que me hiciera algo sobre este tema. Eso sí, guardando el anonimato, por lo tanto, dejo solo sus iniciales. Esto es lo que dice J.P.G., batería del grupo M.M., sobre la “vida y milagros de un grupo musical, en Torrelavega y supongo que se podra trasladar a cualquier punto de la geografía nacional y del extranjero ¿Cómo se forma un grupo de música? Supongo que la cosa empieza así. Como es obvio todo viene del gusto por la música. Más que eso. Tiene que ser pasión, algo obsesivo casi. De esto se desgaja un proceso de ávido enriquecimiento musical caracterizado en su mayoría por la curiosidad (Internet es la clave). Es preciso que pasen por los oídos las melodías de un sinfín de grupos diferentes. Es importante tener amigos. No demasiados. Serían amiguitos y eso no sirve. Con tener cuatro o cinco basta. Lo bueno de esto es que se va conociendo a gente. Un grupo de música no deja de ser un grupo de amigos con una visión similar de la vida y la realidad y de la manera de entender la música, en mi caso, nuestro caso, trascendiendo de lo puramente musical. La curiosidad musical por los grupos se tiene que transformar en una curiosidad por el instrumento. Esa curiosidad crecerá y crecerá hasta convertirse en necesidad; es el momento de poseer uno. Primer gran problema. El precio de los instrumentos no suele ser barato, nada barato. Si lo es, el instrumento será de muy baja calidad y se romperá al tercer uso o no dará el resultado esperado. Sin embargo, normalmente se empieza con cosas baratas cuya vida útil se alarga como se puede. Otra opción, nada mala, es el mercado de segunda mano. Una vez en posesión del instrumento, se comienza a tocar. Se pueden dar clases para tener unas nociones básicas, pero no es necesario. Por supuesto, hay gente que se le da mejor que a otra, pero todo el mundo es potencialmente creativo. Cuando ya se ha tocado unos meses y se ha familiarizado con el instrumento en solitario, se empieza a formar la idea de tocar algo en conjunto. Ese es el siguiente paso, la formación del grupo, seguramente no definitivo. No hay nada definitivo. Pero la motivación común de crear música es grande y pronto se empieza a llevar a cabo esa idea con los amigos. Entonces se empieza a patear la ciudad en busca de locales. Segundo gran problema. El local de ensayo. ¿Dónde se meten los instrumentos? Es más. ¿Qué lugar es el adecuado para hacer “ruido”? En cualquier garaje obviamente no. Por experiencia personal, tener un instrumento en un garaje o similar no está bien visto por los vecinos. Son muy poco civilizados, con este tema, los vecinos. Coartan la creatividad en ese sentido. Por lo tanto hay que buscar un local adecuado para ensayar. Para nuestra desgracia, los locales suelen ser cuadras totalmente alejadas de la ciudad por las que cobran un pastón (que obviamente es difícil de pagar). Sí, los dueños suelen ser hijos de puta sin escrúpulos cuya única finalidad es enriquecerse de manera rápida y casi siempre fraudulenta. Como no hay otra cosa se acaba accediendo a una de esas cuadras. A lo largo de la andadura como grupo, se van pasando por diferentes locales, a cada cual más apestoso. En mi caso, he pasado por cuatro locales hasta llegar al de ahora que, por otra parte, está muy bien (que esté muy bien se paga, pero nos lo podemos permitir. Compartimos con más personas esta pasión por la música. Ni que decir tiene que son también amigos, es imprescindible). Resuelto el problema del local, el grupo se instala. Antes, claro está, hay que limpiar y adecuar el local para que se pueda ensayar cómodamente (no, los dueños no hacen nada, sólo esperar a que finalice el mes para cobrar). Es un problema menor que se resuelve con la ilusión y la impaciencia de empezar a tocar cuanto antes. Después se coloca todo el equipo necesario. . . ...Y esto, es ya motivo del siguiente capitulo de esta historia contada por J.P.G. del grupo M.M., en el que conoceremos como se adquiere el equipo y luego, donde tocar y exponer ante el público, el trabajo realizado.

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