domingo, 27 de julio de 2008

III Cronica desde Laos, cuando se cumple un mes de la salida de Jesu, Ana Mª y Antonio (Las cronicas anteriores publicadas el 17, 21 y 22 julio)

Recibo nuevas noticias de Ana Mª “la chica”, Jesu “el maeztro” y Antonio que es el director de comunicación del trio viajero que anda por la "Cochinchina" y artífice de las crónicas que voy extractando, resumiendo e incluyendo en este blog “De aquí y de allá”, precisamente por que me gustan los viajes y por que, tambien, he utilizado este sistema para que siguieran mis andanzas y exponer la fascinante experiencia de conocer lugares y gentes. Parece que todo discurre con normalidad y sin contratiempo digno de mención (salvo la persistente y omnipresente lluvia, los monzones y alguna que otra “cagalera”), después de 30 dias (mañana se cumplen) de haberlo iniciado. Asi que, os dejo con la …
CRONICA TERCERA: “Laos, el pais del millon de elefantes o el reino de las sombrillas blancas
. . . Despues de la enigmatica llanura de las jarras cogimos otro Portillo de segunda que durante seis horas nos llevo a Vang Vieng, el Katmandu o la Ibiza de los 60 de Laos. La carreterita discurre entre montañas majestuosas, valles profundos, rios, aldeas con cuatro chozas, animales (Todo el pais es un corral y no acabo de entender como tantos animales sueltos vuelven a sus respectivas casas cuando cae la noche) pobreza, mucha pobreza y sobre todo sonrisas. La selva, espesisima, se va haciendo menos densa a medida que nos vamos aproximando al destino. Todo se va transformando en preciosas montañas karsticas muy abruptas que contienen una multitud de cuevas, el sueño de cualquier espeleologo. Como no para de llover, la niebla y las nubes bajas les dan un aspecto fantasmagorico. Vang Vieng es el destino preferido de la juventud mochilera, no solo por la cantidad de actividades que se pueden hacer en las montañas y en el Nam Song, el rio que la atraviesa, sino tambien por los menus happy que te ofrecen en casi todos los restaurantes... Y tan happies! Batidos, pizzas u otros platos aliñaos con marihuana, setas alucinogenas u opio.
Mas de un guirilon poco informao se ha pasado dos dias colgao porque se tomo hasta el cafe, la copa y el puro del happy meniu. Como la lluvia estuvo omnipresente y nos fastidio nuestros planes de descubrir algunas grutas y de hacer tubbing, no nos quedo mas remedio que vestirnos con nuestros trajes de agua (El maestro se ha traido una capa de lluvia color verde oscuro que parece con ella uno de la Benemerita, sin tricornio y con gazpacheras tuneás) y meternos en un chill out de esos y pasarnos todo el dia escribiendo postales, meditando y dedicados a nuestros menesteres. Como ya tenemos varios doctorados y algun que otro master en politoxicomania variada impartidos por la Facultad Nocturna (Que no Adoracion Nocturna) de la UIB durante los ultimos veinte años, dejamos paso a las nuevas generaciones para que se aventuraran en las excitantes experiencias de “monguis” (Setas para los no iniciaos) u opio y nos conformamos con aceptar la invitacion de unos jovenes a unos canutos de marihuana de una excelente calidad. Despues compramos un par de trompetas ya hechas, trompetones. (Yo que hacia mas de tres años que no fumaba! Pues si señores, pequé. Asi que entre este pecado y unas cagaleras que me dieron con retortijones incluidos el primer dia, creo que he dejado de ser un espiritu puro) Nos dio por reir y por estar todo el dia zumbaetes. Lo único que nos falto fue ponernos una cinta y unas florecillas en el pelo y cantar la BSO de “Hair” : Aquariussssss, aquariusssssssssssss. La coloqueta se nos paso con el Lao massage que nos dieron. Es un masaje muy diferente a los tailandeses, basado en amasamientos corporales y estiramientos y en vez de aceite, una crema parecida al bálsamo de tigre. Si por momentos no resulta agradable, al final te quedas levitando durante dos días.
La siguiente etapa del viaje fue Vientiane, la capital del país. Más que la capital de un país del sudeste asiático, esta ciudad colonial francesa de apenas medio millón de habitantes recuerda a una ciudad africana. El Mekong, anchísimo a su paso por aquí, forma una media luna. Como no teníamos ganas de complicarnos la vida, concertamos una excursión con un guía que nos enseño lo mejor de la capital y nos llevo al Buda Park a 25 kms.
Se trata de un proyecto de los años 50-60 de un monje que quiso unificar el budismo con el hinduismo (Fijo que se paso una tempora en Vang Vieng y se alimento de menús happies) Aunque de entrada pueda sonar a pestinyazo, nos encanto. A mi, particularmente, una especie de nave espacial de cemento, hueca, con muchos niveles, numerosas estatuas de buda, otras representando escenas del infierno...que parecía sacada del “Jardín de las delicias” de El Bosco. Surrealismo puro y duro. Al día siguiente cogimos un avión a Pakse, al sur de Laos, y nos dirigimos directamente a Champassak...Porque ya se que el paraíso perdido esta tan solo a dos horas de aquí, si no habría tenido la certeza de nuevo de haberlo encontrado. Pero, bueno, Champassak, el paraíso perdido, los delfines de rio...se merecen una crónica para ellos solos. Hoy hemos vuelto del paraíso perdido a Bangkok. Cruzamos a Camboya de ilegales y nos pusieron un palco para ver a los Irrawady, esos delfines mágicos del Mekong. Vimos a mas de 40. Mañana volamos a Ho Chi Min, la antigua Saigon, capital de la Cochinchina .
Queda pendiente la cuarta cronica: Le paradis perdu .....y las demas. Que Buda siga repartiendo suerte. Besazos, bezitos, achuchones....Serviros a gusto.
Ana Mª "la chica", Jesus A. Peña "el maeztro" y Antonio Pitalua "el cronista".
(fotos archivo Jignape)

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