domingo, 13 de julio de 2008

De tragedia humana a dato estadistico.

El drama continúa. Pero da la impresión que nos hemos habituado a el y que de tanta repetición de noticias sobre el tema, la palabra TRAGEDIA HUMANA, ha perdido su significado y las imágenes, su efecto impactante y motivador de conciencias. Se ha convertido todo, al frío dato estadístico. La tragedia de este sabado y la de hace dos de días en Almería, sitúa en 73 el número de inmigrantes muertos en lo llevamos de 2008, al intentar llegar a España en patera. Una cifra que es difícil de determinar, ya que la mayoría de los fallecidos desaparece en el mar y tan sólo los testimonios de los supervivientes permiten hacer una aproximación. Un dato es que el año pasado habrían muerto entre 900 y 3.500, según diversas fuentes . A este respecto, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucia, APDHA, dice que “Hacer responsable de nuevo, al mal tiempo o a las olas, es señalar sólo la causa inmediata que ha provocado estas muertes. Pero sería olvidar que las responsabilidades de que hayan perdido la vida en el mar más de 230 personas en lo que va de año cuando se dirigían hacia las costas españolas, hay que buscarla en la acción depredadora de empresas, en la de gobiernos que las apoyan e imponen relaciones comerciales que entrañan subordinación y empobrecimiento, así como en las políticas de control de fronteras y rechazo de inmigrantes que desarrollan el gobierno español y la Unión Europea. Unas políticas casi exclusivamente policiales que presumen de haber conseguido un descenso del número de pateras, obviando que ello sea a costa de un aumento de las pérdidas humanas, del sufrimiento de las personas en migración, y de enormes violaciones de los derechos humanos. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha calificado de terrible y casi insoportable esta tragedia cuya única solución es la cooperación al desarrollo y ha hecho un llamamiento al G8 y a las grandes potencias industriales para que combatan la pobreza extrema, además de reiterar su compromiso para que España siga incrementando la ayuda al desarrollo y llegue al 0,7% del PIB en 2012. Zapatero, ha tachado de inaceptable que mientras crece la pobreza extrema haya potencias industrializadas que estén disminuyendo la ayuda al desarrollo. Y, una vez mas, el drama de la inmigración ha mostrado su cara más cruel tras la muerte de 9 niños de entre uno y cuatro años tras estar su patera cinco días a la deriva. Otros 5 adultos también han perdido la vida en la misma travesía cuando trataban de alcanzar las costas españolas. Al final, tristemente, serán numeros a sumar a los datos estadisticos o motivo de un nuevo y cada vez menos impactante, reportaje o documental en la televisión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y esos han sido los "afortunados" en poder pagar (o mejor dicho, endeudar a su familia) por un viaje con punto de partida pero sin destino. Solución que dan muchos es el cierre de fronteras a cal y canto porque los inmigrantes vienen a quitar el trabajo a los españolitos, sobretodo a aquellos que no quieren deslomarse y madrugar en la agricultura o pasar 18 horas al día entre fogones en la hostelería. Nadie se queja de los que vienen a ganar millonadas como deportistas de ¿élite?, o como estudiantes de intercambio ¿de qué?, o los turistas estilo "ejército de hunos" o los afincados en las islas formando sus comunidades exclusivistas. Pocos saben que gran parte no entra en España por patera (si no por aeropuerto), ser inmigrante no significa ser pobre, y gran porcentaje huye de su país de origen por peligrar su vida (llámalo diferencias políticas, étnicas, religiosas o por simplemente abrir la boca para reclamar algo o reivindicar tus derechos).
¿y eso de que todos los emigrantes españoles iban con contrato? sí,claro, los indianos que volvieron enriquecidos o como ellos...ejemplo tenemos en una buena película titulada "Un franco, 14 pesetas".
Lo siento por las familias de aquellos que sueñan con alcanzar las orillas al otro lado del estrecho y por aquellos que fueron testigo del día a día de estas desgracias y que posiblemente no vuelvan a dormir tranquilos una noche entera nunca más.