Hay nombres que figuran por derecho propio en las historias recientes de sus países. Son nombres de personas que no han sido miembros de ningún ejército militar, ni políticos, tampoco gobernantes, ni guerrilleros, pero que han tenido un peso fundamental en el desarrollo de determinadas “revoluciones” y cambios en sus lugares de origen. Todos recordamos aquí en España, en la época de lucha contra la dictadura del general Franco a Paco Ibañez, Raimon o Lluis Llach entre otros, en Chile cuando el golpe militar contra Salvador Allende por Pinochet, a Victor Jara, Mercedes Sosa o Quilapayun, en EEUU en la lucha por los derechos civiles de los negros a Nina Simone, en la revolución de los claveles de Portugal a José Afonso, contra el golpe de los coroneles Melina Mercouri, en Grecia y así podríamos llenar unas cuantas paginas, por que cada país, cada independencia, las luchas por la libertad, los derechos humanos, el mundo del trabajado, etc., han contado con la participación de determinadas “voces” de músicos, cantantes, grupos y gentes del teatro y el cine, que se posicionaron claramente con ellos, algunos a costa de sus vidas, otros con el exilio y la gran mayoría con la carcel y el aislamiento.
Ayer mismo, 10 de noviembre de 2008, por la noche fallecía en Castel Volturno, Italia, una “luchadora y activista musical contra el apartheid “Mama Africa”, que así era como se conocía a Miriam Makeba. Moría de un ataque al corazon, tras un concierto contra el racismo y la mafia en el que participaba la «la voz de África».
Miriam Makeba, nacio en Johannesburgo, Sudafrica, el 4 de marzo de 1932 y pasó su infancia en Petroria (en el Transvaal), Makeba comenzó a cantar en la década de 1950 con el grupo Manhattan Brothers, tras lo que fundó su propia banda, The Skylarks, que mezclaba jazz con música tradicional surafricana.
Después de ver que no podía llevar a cabo en su país la carrera musical que ella quería por su activismo comprometido, la cantante viajó a Venecia para después conseguir llegar a Londres, donde conoció a Harry Belafonte , quien le ayudó a entrar en los Estados Unidos. Sin embargo, la vigilancia del FBI estadounidense obligó a Miriam y a su marido a trasladar su residencia a Guinea Conakry, donde residió hasta su regreso a Sudáfrica el 10 de junio de 1990 tras la excarcelación de Nelson Mandela, quien tiempo después le ofreció participar en su gobierno.
Icono de la lucha contra el apartheid en su país, Makeba, marginada durante más tres décadas por el régimen racista sudafricano, siempre estuvo comprometida con la lucha por los derechos civiles y contra el racismo, una entrega que llevó a cabo hasta el último momento de su vida.
La cantante, conocida también como «la mamá de África», supo llevar como nadie al escenario las tradiciones y los trajes típicos de su tierra en espectáculos donde su voz cálida y su grande presencia eclipsaban a los instrumentos étnicos que la acompañaban.
Logró su máxima popularidad con el inolvidable tema "Pata Pata", que fue difundido en diferentes paises del mundo alcanzando los primeros lugares en los ranking de música pop.
En el año 2001, fue galardonada con el premio de la paz Otto Hahn, otorgado por la Asociación Alemana de la ONU. En 2002 fue galardonada con el Polar Music Prize que otorga la Real Academia Sueca de Música.
Según informaciones de agencias de noticias italianas, Miriam Makeba empezó a notar cierto malestar antes de iniciar el concierto previsto en Castel Volturno de apoyo al escritor Roberto Saviano, amenazado por la Camorra, y contra el racismo. Sin embargo, 'Mamá África' decidió seguir adelante con los planes y actuar con normalidad durante la media hora prevista. Makeba, de 76 años, cantó tres temas al final del concierto ante unas pocas decenas de espectadores africanos, concedió un bis con el mítico Pata pata, y cuando estaba saludando al público para despedirse junto a los demás participantes se desvaneció, siendo trasladada al hospital, falleciendo de un infarto.
Su activismo contra el apartheid en Sudáfrica provocó que en 1960 el Gobierno de este país le retirara la ciudadanía, lo que llevó a Makeba a pasar hasta 31 años de exilio en Estados Unidos, donde en 1967 rompería todas las listas de ventas con su canción 'Pata Pata', escrita once años antes en el continente africano.
Dos años antes, en 1965, se convirtió en la primera mujer africana negra en ganar un Grammy, que compartió con el artista de folk Harry Belafonte. En 1976, 'Mamá África' intervino ante la Asamblea General de Naciones Unidas para denunciar el apartheid y la segregación racial en Sudáfrica, lo que provocó que el Gobierno de su país prohibiera la emisión de sus canciones en las radios nacionales. En 1990, después de que Nelson Mandela saliera de prisión, Makeba pudo volver a su país.
En el año 2000, su álbum 'Homeland' resumía a la perfección los sentimientos de la artista sudafricana al poder volver a su tierra natal. "He conservado mi cultura. He conservado la música de mis raíces. A través de mi música he convertido esa voz e imagen de África y su gente sin darme cuenta", explicaba en aquel momento Miriam Makeba, que nunca entendió el largo exilio al que se vio forzada por el Gobierno de Sudáfrica sin haber cometido ningún tipo de crimen.
Adios Miriam Makeba y gracias. Hable de ti en la radio, pinche el "pata pata" en la disco y me despido en este blog, escuchando un tema que tu grabaste titulado "Tonadas a media noche" ...cantadas a media voz . . .
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