Cercano a Arahova, un entrañable pueblo de montaña en la falda del monte Parnasso a través del cual llegamos al pueblo de Delfos. Merece la pena conocerlo. Delfos es como una impresionante terraza de increíble panorámica, rodeada por una alfombra de olivos que llegan hasta el mar. Lugar de enorme importancia en la historia de Grecia. . . . . . .
Una recomendación a los viajeros, sobre todo en ruta por estas carreteras del Peloponeso y es que, edemas del libro de mapas y carreteras, con hoteles, restaurantes y demás servicios, se compren algún libro-guia sobre mitología griega, sus divinidades y descripción de monumentos con los que nos vamos encontrando, por que si estamos en Delfos, tenemos que saber que aquí se encuentra la residencia de la Diosa Hera y su serpiente Pitón, posteriormente, según la mitología, desterrada de este lugar por Apolo. Considerado el ombligo del mundo al coincidir las dos águilas que soltó Zeus desde los dos extremos del mundo. Por un lado famoso por su Oráculo y las profecías de las Pitonisas y por otro lado por sus juegos Panhelénicos. En el recinto arqueológico visitamos los Tesoros- templos o pabellones- de las Polis o ciudades de la antigüedad, donde se mostraban las mejores obras y artes de cada una de ellas. Destacan el de los Atenienses, los Corintios, el de Sifnos, Tebas, Siracusa, etc.. Tambien visitamos el Boulepterion, la Columna y la esfinge de Naxos, su teatro, su estadio y el famosísimo Templo de Apolo. Más abajo se puede visitar el recinto de Atenea Pronea y su famoso Tolos. De camino al museo nos encontramos con la Fuente de Castalia o de la Sabiduría.
Finalmente y ya en el Museo de Delfos podemos contemplar la esfinge de Naxos, los frontones del templo, los numerosos hallazgos, frisos y metopas encontrados, dos de las más bellas esculturas, como son las de Antinoo y la del Auriga de Delfos, los Gemelos y un largo etcétera de maravillas.
Despues de esta interesantisima visita a Delfos, tenemos que tomar camino a Kalambaka y de ahí a Meteora. Pero en el descenso de Monte Parnaso, podemos ver entre la costa y las montañas una enorme extension de Olivos, otra de las riquezas de Grecia, tras este valle, nos asomamos a otro prodigioso paisaje de enormes peñas, como montañas y sobre ellas, increiblemente, los monasterios de Meteora. Esta sera la última etapa del circuito por el Peloponeso. Luego vendra nuevamente Atenas, para embarcar rumbo a las Cicladas.
domingo, 26 de julio de 2009
Por "La Tierra de los Dioses" VIII: Camino al Oraculo de Delfos. De Aquí para Allá
Después de comer salimos para cumplir la siguiente etapa del viaje que concluirá, ya anocheciendo, en el Monte Parnaso. Pero antes pasamos por localidades como Patras, principal centro urbano del que es una importante y bonita ciudad del Peloponeso y la tercera más grande de Grecia. Patras tiene unos 250.000 habitantes, siendo centro político, económico, administrativo y cultural del oeste de Grecia. Su historia abarca cuatro milenios. En el periodo romano se convirtió en un centro cosmopolita del Mediterráneo oriental. Fue la Capital Europea de la Cultura en el 2006. Tiene una universidad, la Universidad de Patrás. Tras ver y fotografiar su catedral y otros aspectos de la ciudad, en una de sus terrazas (sigo sorprendiéndome del estilo y gusto de las mismas, además de su comodidad, por todo Grecia) justo enfrente de la Basílica que se ve en la foto, tomamos un refresco como el estupendo y super refrescante Café freddo (Expreso Frío); Expreso congelado y dulce o con poco azúcar, servido en un vaso alto, sobre hielo, tomado con pajita.
Tras esto, de nuevo en carretera, pero circulando despacio pues nos vamos acercando y desde lejos lo vamos viendo, a una de las obras de ingeniería mas importantes de las realizadas en Grecia en su historia, pues no todo es en exclusiva arte y edificaciones de la época clásica, no, esta es del S XXI. El Puente Rion-Antirion es el mayor puente con tirantes de sujeción del mundo, nada menos que de 2.250 metros, «inaugurado» en el 2004 con el paso de la llama olímpica en su recorrido por Grecia y abierto al público la víspera de la puesta en marcha de los Juegos Olímpicos de Atenas .
El puente une el Peloponeso a la Grecia continental desde Ríon, a las afueras de Patras, hasta Andírion, cruzando parte del golfo de Corinto y favoreciendo el desarrollo del norte de Grecia y el transporte por carretera hacia Italia y gran parte de Europa.
Aparte de su impresionante largo -mide 2.250 metros y es más largo que el Golden Gate-, es un puente único ya que se encuentra en una zona de gran actividad sísmica, con un suelo marino de mala calidad que alcanza 65 metros de profundidad. Su construcción ha exigido cuatro pilotes de enormes dimensiones (equivalentes cada uno a una plataforma petrolera de 90 metros de diámetro y de 150.000 toneladas de peso) que se hunden profundamente en el suelo marino. De esta forma podrá resistir vientos de hasta 250 kilómetros por hora y movimientos sísmicos de hasta 7 en la escala Richter, con lo que no deja de ser una osadía o desafió a los dioses del Olimpo, Zeus y Peseidon.
Una vez cruzado el puente, las panorámicas que van apareciendo, hacen que nos den ganas de parar el viaje y quedarnos en algún punto de la costa que vamos recorriendo, con cientos de islas y pueblos, por lo que recomiendo hacer esta ruta con mas tiempo en coche y sin programa previo, Por ejemplo no estaria nada mal quedarse un par de jornadas en Náfpaktos, o Náupakto, nombres que, posiblemente no nos diga nada a priori. Pero si pasamos a llamar a este pueblo costero por su otro nombre, Lepanto, la cosa cambia. Y es que, en el estrecho brazo de mar que se extiende enfrente de la citada villa se desarrolló la famosa batalla en la que la coalición cristiana, liderada por los españoles, venció a la flota turca.
Lepanto, es el único lugar de Grecia (por lo menos de lo que yo llevo recorrido) donde hay una referencia a España (salvo la Embajada en Atenas) gracias a la armada española, como he dicho anteriormente, y a Miguel de Cervantes, a quien cada año se le recuerda por su participación en la batalla del mismo nombre, donde perdió un brazo. Y ya sí, nos espera el Oráculo, en Monte Parnaso, Delfos, a donde llegamos siguiendo la puesta de sol. Estas son imágenes del ascenso hasta el hotel.
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