Pues indudablemente, uno de ellos es Mikis Theodorakis, nacido en Quios, en 1925. Uno de los principales compositores e intelectuales griegos del siglo XX, conocido también por su militancia política, especialmente como opositor a la junta de los coroneles en 1974. Antes formo parte del Frente de Liberación Nacional en cuyas filas combate contra la ocupación alemana. Al mismo tiempo estudia en el conservatorio de Atenas. Tras la liberación de Grecia, comienza la Guerra Civil Griega. Theodorakis es perseguido por las autoridades monárquicas debido a sus ideas izquierdistas. Es deportado a las islas de Ikaria y Makronissos. Finalmente regresa a Atenas, donde puede terminar sus estudios en el Conservatorio. Sus canciones se convierten en un símbolo de la resistencia contra el fascismo, no sólo en Grecia, sino también en otros lugares como España, Portugal, Palestina, Kurdistán o Irán.
Theodorakis es conocido a nivel internacional por sus composiciones musicales tanto de películas como de ballets y canciones. Entre sus músicas de películas destacan las de Zorba, el griego; Zeta; Estado de Sitio; y Los amantes de Teruel. También ha escrito dos oratorios (es justamente famoso el Canto general, de 1973, inspirado en el poema épico-social de Pablo Neruda); diez piezas sinfónicas; varias sonatas y más de 500 canciones. Ha trabajado además para el teatro componiendo los fondos musicales de Electra; Ifigenia; Las Troyanas; Antígona y Edipo, rey. Ha realizado también las composiciones musicales de los ballets Los amantes de Teruel; Antígona y Orpheo y Eurídice. En 1991 estrenó Medea y y tambien Mikis Theodorakis on the Screen, entre otros. Converse sobre el con mi guia, Artemisa, en este viaje. Es una persona venerada y admirada en su país y en el resto del mundo. Una de sus ultimas actuaciones, en 2005, la podrás ver y escuchar a través de este enlace: Strose to stroma sou & Zorba ...
Seguimos caminando por las calles de Atenas. Por cierto, no es una ciudad bonita, ni fácil. Es una urbe con mas de seis millones de habitantes. Inmensa y muy extensa. Eso sí, no tiene grandes moles de edificios, pongamos que la media es de 8 alturas. No tiene, tampoco, muchos parques ni estanques, el mar se ve a lo lejos y para llegar a el, desde el Museo Arqueológico Nacional, tardaras entre 20-30 minutos, depende de como este la circulación que es tremenda. Pero ya he dicho anteriormente que sus calles están llenas de arboles y eso da buenas sensaciones. Recuerdo que hay que visitar el Museo Arqueológico, del que ya he escrito anteriormente y tener paciencia, pues hay colas para cientos de visitantes. Precisamente, paseando por el entorno del Museo, vimos una finca con un edic¡fio singular y entre las rejas de la berja pude hacer la foto que figura al inicio de este artículo, con una espectacular escultura de una cabeza, pero tampoco puedo dar mas detalles, pues la escritura griga, para mi, es ilegible. Y de aquí al museo, unos pasos y al lado una libreria para adquirir algun libro y guia en castellano. La mejor hora, la que nosotros escogimos, las 10 de la mañana, pero consultar primero, pues extrañamente, cada día tiene un horario. De cualquier manera, en el jardín del museo, hay una agradable cafetería terraza, para la espera.
Ya por la tarde, quedamos con una amiga, Marina, que estuvo en España con el programa Erasmus y con la que nos encontramos en una de las zonas mas modernas de Atenas, en la zona marítima, con cafeterías, terrazas, comercios y yates, muchos y lujosos barcoss. En temporada estival se convierte en centro nocturno de música y ambiente de copas. El lugar se llama Marina Flevos y es recomendable visitar para tener otra idea de la capital de Grecia.
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