De nuevo en Atenas, tras navegar durante unos días por el Egeo. Entramos por el Pireo y a las 7.15' de la mañana recogíamos el equipaje de la terminal. Por cierto, modélica organización pues ya estaba perfectamente colocado y dispuesto de tal forma que en poco mas de 5 minutos habíamos realizado el proceso de recogida de equipajes. (Entrada al puerto del Pireo, izqda y Atenas y la Acropolis en 1er plano, drcha)
Así que, sin esperar al bus que nos traladaría al hotel, cogimos un taxi, dejamos las maletas en la habitación y rápidamente en otro taxi, a la Acrópolis, en donde estábamos a las 8, hora en la que la gran riada de visitantes, aún estaba contenida. Los Propileos, el Templo de Atenea Niké, el Erecteion y el Partenón son monumentos cuya importancia excusa cualquier explicación.
El precio de la entrada, 12 eur., pero te daba la oportunidad de entrar en otros tres museos mas, incluido el nuevo de la Acropolis. Claro que la tranquilidad del paseo por las mas famosas ruinas arqueológicas del mundo, no duro mucho, pues media hora después, aquello era una autentica marabunta, como se puede apreciar en la foto. Podría, tranquilamente, haber hecho la pregunta de ¿por donde esta el Partenon, que no le veo entre tanta gente? . . . Eran las 9,30 h. y aquello era un autentico agobio, sin contar que la temperatura superaba a esta hora los 30º. . . . .. . .
La Acrópolis está sometida a un proceso de restauración costosísimo y muy minucioso y duradero, por lo que pasaran unos cuantos años, antes de que se retiren la multitud de grúas , andámios y maquinaria que se puede encontrar por doquier.
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Ni que decir que esta es una visita obligada, a pesar de las condiciones tan pésimas para hacerla, por las razones explicadas anteriormente. La Acrópolis constituye una monumental herencia del pasado en el corazón de Atenas.
El conjunto monumental se levantó en el siglo V a.C. sobre las ruinas que dejaron las guerras contra los Persas. Sus principales impulsores fueron el estadista Pericles y el arquitecto Fidias, dos colosales talentos al servicio de la democracia ateniense. Pero donde uno se puede enterar, mucho mejor, de la historia de este magno recinto arqueológico, es en el Nuevo Museo, recientemente inaugurado, que se encuentra a unos 500 metros. Una buena climatización, escaleras mecánicas y ascensores, servicios, cafeteria, tienda, sala con proyecciones y una gran colección de obras, completan de sobra, la visita realizada al recinto superior que hemos abandonado para acercarnos el nuevo museo. Solo ha faltado una acción y es la de haber dicho a los cientos de turistas britanicos que lo que no ven en el Partenon y que se encuentra en su pais, fue robado por paisanos suyos y que, por lo tanto pertenece al pueblo griego y que su lugar está en este nuevo museo de la Acropolis.
Visto lo anterior, es la hora de comer, el calor en Atenas es tremendo, así que encontramos en el entorno del museo una terraza, para refrescarnos y poder acometer la segunda parte de la jornada visitando otro interesante complejo, el Keramicos que es uno de los barrios de la antigua de Atenas. Pero no era tan facil llegar a ese otro extremo de la ciudad, por cierto, una ciudad que supera ya, creo, los habitantes de Madrid. El caso que fue una odiesa el conseguir un taxi a las tres de la tarde, soportando un sol de justicia, al final y despues de varias intentonas, conseguimos llegar a Keramicos.
Su nombre procede de Kéramos, patrón de los alfareros. El barrio fue cortado en dos por el muro de Temístocles y allí se estableció la mayor necrópolis ateniense desde donde, por cierto, se ve otra espectacular vista y con otra perspectiva de la Acropolis.
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. . . . . Su ocupación se remonta hasta el siglo XII a.C. y se mantuvieron los enterramientos hasta que Sila saqueó la ciudad en el año 86 a.C. Tras este acontecimiento, el cementerio fue abandonado y fue desapareciendo hasta que en 1913 empezaron las excavaciones que recuperaron este importante emplazamiento arqueológico. Desde luego que fue una sorpesa muy agradable esta visita, ademas con absoluta tranquilidad y practicamente solos. Merece la pena visitarlo.
Una curiosidad, en este barrio de Keramicos, donde se encuentra esta necropolis o antíguo cementerio de Atenas, se esta asentando una de las zonas mas modernas de atenas en cuanto a terrazas, bares de copas y de música, junto a viejas fábricas convertidas en centros de arte y ocio, mayormente frecuentado por gente joven. Lugar mas que apropiadao para sentarse en una de las muchas terrazas y descansar, donde, por cierto, la joven y simpática camarera que nos atendio, al percatarse de que eramos españoles, nos hablo en nuestro idioma, el único lugar en todo el recorrido. Nos dijo que habia estado en Barcelona con la beca Erasmus y que salvo lo jovenes que como ella han esado enEspaña, practicamente nadie habla este idioma nuestro, de lo que doy fe. Lamentablemente, salvo el griego que solo lo hablan ellos, el segundo idioma practicamente oficial, es el ingles.
Y ya, para cerrar una jornada que se iniciaba a las 6 de la mañana en el barco con los preparativos para el desembarque, quedaba la cena y en uno de los puntos que aún no habiamos visitado. Una de las colinas desde donde se observa el "todo Atenas, la colina de Likavitos". Alli fuimos, pues habiamos quedado para cenar, con las bilbainas Marta, Ana, Chelo y Mayte con las que coincidimos durante todo el viaje. Para ello y una vez que se ha llegado a la base de la colina, se coge un funicular que te lleva hasta la cumbre del monte Likavitos, la colina mas alta de Atenas con sus 227 metros de alto.
Arriba de todo y para esperar el bello atardecer y las primeras estrellas hay un restaurante. Eso sí, nada barato (bueno, como en todo Grecia que me ha sorprendido por los precios, todo muy caro), pero bueno, cenar mirando Atenas de noche desde una vista tan privilegiada no tiene precio… o no debería tenerlo. También hay una pastelería y una pequeña capilla, la de Agios Georgios, junto a la cual hay un mirador que es el lugar donde nos debemos parar a tomar las fotos.
Y, mañana mas, pues es la vispera del retorno a España. La verdad que la jornada de hoy ha sido mas que dura. Pero fructifera y muy interesante.
Al día siguiente 11 de julio:
Mañana regresamos, en vuelo que sale de Atenas a las 16 horas. Hoy ya es una dia mas relajado, para hacer alguna compra, el equipaje y disfrutar con tranquilidad de la vida de Atenas y de las instalaciones del hotel, como la piscina en una estupenda terraza con vistas sobre la ciudad. Y luego, pues lo mejor es dirigirse al animado barrio de Plaka y a Monastiraki donde hay tiendas de todo tipo, desde las del clasico souvenir, hasta de arte, joyerias, zapaterias, textil, etc. y muy buenas terrazas, restaurantes tipicamente griegos, Mc Donals o pizerias. La oferta tiene de todo y completando el album de fotos, alguna curiosidad como esta instalacion protesta, en uno de las uno de los barrios mas visitados de la ciudad.
Y con esto, la despedida de Atenas y de Grecia, la ultima foto, de noche, unos cuantos dias despues de haber pisado este país que hemos recorrido por tierra y mar, intentando conocer sus gentes y realidad actual y, por supuesto, su historia, mitos y leyendas.
Y no quiero cerrar este relato viajero, sin trasmitir mi mas cordial y cariñoso saludo para las compañeras y compañeros de trayecto, en especial Josep, que sufrio el desgraciado accidente en el segundo dia del circuito por el Peloponeso (y que segun me comunican se va recuperando favorablemente) y tambien para su esposa Carme; al coleccionista de puestas de sol y estupendo fotografo, Antoni y su esposa Carmen; a las mozas bilbainas, Marta, Ana, Chelo y Mayte; a la pareja de Cai (Cadiz), en fin a todos. Tal vez, nos encontremos en otro lugar de este cada vez, mas pequeño mundo.
Un abrazo.
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