Ya comente en aquellas crónicas que tuvimos el lujo de contar como guía, en el recorrido por el Peloponeso, a una de las personas que mejor conoce esta ciudad,Artemisa Scumburdis. Ella nos fue narrando los recuerdos y los monumentos de Atenas, desde la bruma del mito hasta la realidad contemporánea. Así pude conocer y saber un poco más sobre la ciudad a la que el dios coronado de oro, el gran Helios (Sol) sale y se alza evidente y brilla y mira a su mimada hija a la cara, Atenas. Así comienza Artemisa su último libro, "Atenas una ciudad mágica", que compré en Olympia y nos dedicó.
Ahora, nuevamente, la denominada, tambien, como "La Ciudad de los Dioses" se ve amenazada y el sol no se ve por causa del humo, proveniente del fuegoque la amenaza y hace que no se pueda disfrutar, de lo que yo sí conocí y disfrute (eso sí con mucho calor): el ambiente, la naturaleza, la claridad única de la atmosfera, los días resplandecientes por el sol, que suceden a las noches brillantes por las estrellas y la luna, la brisa del Egeo y el horizonte abierto. Esta es la Atenas que conozco, la que ha ido formando al ateniense de la antiguedad y de ahora que te conquista con su espíritu.
Sí, que los Dioses regresen y terminen con la amenaza y el peligro que se cierne sobre los griegos, para que podamos volver a disfrutar y recorrer esta ciudad y otras tambien amenazadas, llenas de mitología, historia y filosofía. Es verdad, como escribe Emanuel Mikrogianakis, Profesor de la Facultad de Filosofia de la Universidad de Atenas, en esta ciudad, en la Acropolis sobre todo, se realizó la aproximación entre los dioses y los seres humanos. En ninguna otra religión en el mundo, el Dios guiña el ojo a un mortal.
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